martes, 24 de septiembre de 2013

La racionalización del fraude

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La racionalización del fraude
Durante los años de los 1950s, existían muchas empresas que sufrían actos de corrupción interna, malversación de fondos y fraude financiero.  Como parte de su disertación doctoral para estudiar este fenómeno, Donald R. Cressey desarrolla una hipótesis que explicaba el porque los empleados de una empresa cometían estos actos.  Esta hipótesis luego se convierte en una teoría que hoy se conoce como la Teoría de la Racionalización del Fraude.  Basada en esta teoría, Cressey identifica tres elementos que componen lo que el llamaba el Triangulo del Fraude.  Para entender esta importante teoría, procedemos a definir estos elementos:

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El primer elemento es la oportunidad.  La oportunidad es la habilidad de un empleado de cometer actos de fraude en una empresa.  Para llevar acabo un fraude, el empleado debe creer que las actividades de su crimen no pueden ser detectado.  La oportunidad de cometer actos fraudulentos es posible cuando los empleados tienen acceso a los activos y la información de la empresa dentro de sus tareas ordinarias lo cual les permiten  llevar acabo y ocultar el fraude. 

La oportunidad también se crea cunado no existen controles internos, la mala gerencia y/o supervisión y la falta de procedimientos para detectar/investigar actividades fraudulentas.  Por ende, los accesos deben ser limitados, controlados y monitoreados periódicamente para disminuir la oportunidad.  


El segundo elemento es la motivación, o lo que se conoce como el incentivo para cometer el fraude. La motivación es la presión o la necesidad de un empleado para cometer un acto de fraude.  Puede ser basada en una necesidad financiera real o percibida por parte del empleado que desea lucrarse de la empresa para pagar sus deudas o mejorar su estado financiero y/o económico.  

La motivación también puede estar basada en razones no financieras como la presión de realizar un buen desempeño en la empresa.  Por ejemplo, se falsifican los resultados de la empresa para ocultar el pobre desempeño.
El último elemento es el de la racionalización.  Los empleados que cometen los fraudes en una empresa racionalizan que sus actos criminales son un comportamiento aceptable.  Esta racionalización es el elemento mas importante en los casos de fraude porque el empleado reconcilia su comportamiento a través de una justificación usando un sinnúmero de excusas como el de recibir un sueldo bajo por su desempeño o por el maltrato de sus superiores.

Otras excusas para justificar su comportamiento pueden estar basadas en pensar que la empresa gana tanto dinero que no se dará cuenta si parte del dinero se desaparece o que solo están tomando prestado el dinero de la empresa por un tiempo hasta que lo puedan repagar.
Según esta teoría, el método primordial para disminuir los actos de fraude en una empresa estriba en reducir el elemento de la oportunidad a los empleados ya que la gerencia de una empresa en realidad no puede controlar los elementos de la motivación ni la de la racionalización. Reducir la oportunidad estriba a su vez en crear la percepción de que cualquier acto o intento de cometer un fraude será detectado eventualmente por la empresa.  

El ser posiblemente detectado o descubierto como el autor de un fraude dentro de la empresa es el disuasivo psicológico mas grande que se puede crear.  Durante su racionalización, el empleado que esta pensando en cometer un acto fraudulento lo piensa dos veces antes de cometer el acto porque sabe que existe una alta posibilidad que será identificado por la empresa.  Ante esta posibilidad, racionaliza que no vale la pena perder su empleo,  perder su reputación personal y enfrentar una condena de prisión por un acto criminal.

En conclusión
Es imprescindible que una empresa tenga un programa de seguridad comprensivo que reduzca significativamente el elemento de la oportunidad para reducir el fraude.  Este programa de estar basado en procesos, procedimientos, controles internos, investigación de las violaciones de los controles internos, principios de la seguridad física y el uso de la tecnología de seguridad para detectar el fraude y por ende reducir el elemento de la oportunidad.  

El Doctor Cressey solía decir que el 5 porciento de los empleados de una empresa son personas honestas e integras, otro 5 porciento de los empleados son personas sin escrúpulos que cometen actos delictivos sin ningún remordimiento y el restante 90 porciento de los empleados tienden a ser “oportunistas”.  Es la responsabilidad de la gerencia de una empresa y a los profesionales de la industria de la seguridad disminuir el elemento de la oportunidad para combatir el fraude.  Les invito a que sigan compartiendo sus ideas e inquietudes del mundo y la gerencia de la seguridad.

Fuente: Ventasdeseguridad.com,
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